Mi viaje a Hanóver, Alemania

Fußball y Kaffeeklatsch

Nací en Rocky Mountain House, en Canadá, y nunca antes había estado en el extranjero. Mis abuelos eran alemanes, y mi sueño había sido siempre viajar a Alemania y aprender su lengua.

Cuando por fin llegué a Hanóver (en Alemán: Hannover), en el norte de Alemania, y conocí a la familia que me recibiría, los Schröeder, estaba emocionado. Otto era profesor de secundaria, - ¿y qué tan excitante les parece esto? - ¡su esposa Brigitte era actriz!
Ella incluso había actuado en una película con el famoso comediante alemán "Loriot", filmada una vez en Berlín cuando la caída del muro en 1990, por lo que había compartido hotel con Helmut Kohl. Todo esto era fascinante, pero cuando traté de pronunciar la palabra alemana para "actriz" - "Schauspielerin" - fracasé de manera lamentable.
Pero bueno, los Schröeder tenían mucha paciencia y me ayudaron, y todos nos reíamos con ganas de mis primeros intentos de hablar en alemán. Mi hermana anfitriona se llamaba Katja. Ella era muy simpática y en seguida empezó a enseñarme nuevas palabras luego del fiasco de "Schauspielerin", en un esfuerzo por demostrarme lo fácil que era hablar alemán.

"¡Kaffee!" exclamaba con entusiasmo cuando parábamos para tomar un café, y "Keks" cuando me daba una galletita. "Perfekt" decía con alborozo cuando yo imitaba su pronunciación.

Yo no sabía que ese era solamente el principio de una larga serie de tardes colmadas de "Kaffeeklatsch", tomando un delicioso "Kaffee", comiendo unas increíbles "Kekse" caseras hechas por la abuela Liesel y disfrutando "Kuchen" (torta) y "Torte" (tarta o pastel) con familia y amigos.

Pronto me convertí en gran fan del famoso "Gemütlichkeit" alemán, un sentimiento de confort, alegría, paz, y calidez, y aprendí a hablar alemán "wie ein Profi" (como un profesional) mientras nos sentábamos juntos por las tardes.

Por suerte, Katja me hizo conocer también el "Fußball" (fútbol), un deporte que en Alemania juegan mayormente los muchachos, que me encantó y terminé jugando tres veces por semana. ¡De lo contrario hubiera subido de peso en cantidades absurdas durante mi estadía!